Los músculos son el tejido más grande del cuerpo humano y también uno de los más adaptables. Con un duro entrenamiento con pesas podemos duplicar o triplicar su tamaño mientras que con el desuso se contrae hasta en un 20% de su capacidad.
Los músculos no son más que un conjunto de células fibrosas unidas por tejidos de colágeno acompañadas de nervios que los controlan. Las más largas llegan a medir 30 cm y su diámetro va de 0.05 a 0.15 mm.
A lo largo del músculo tenemos las miofibrillas que son la responsable de la contracción. Estas están formadas por sarcómeros que son grupos compuestos de dos tipos de proteinas: miosina y actina; su interacción es la que produce el movimiento.
En adultos, encontramos tres isoformas de la miosina: la I, la IIa y la IIx. Las fibras I son lentas pues su velocidad de contracción máxima es apenas una décima parte de la fibra tipo IIx. La fibra IIa también se considera rápida aunque su velocidad es una media de las otras dos.
La velocidad depende de la forma en que procesan la energía, la Ia es más eficiente, usa un metabolismo aerobio mientras que las otras dos dependen de un metabolismo anaerobio. Las fibras lentas son importantes para actividades de alto rendimiento como los maratones o ciclismo, las rápidas para levantamiento de pesas o carreras cortas como los 100 m planos.
Los humanos tenemos diferentes proporciones de estas fibras, se ha encontrado que la fibra lenta puede ir del 19 hasta el 95% del total.
La actividad física afecta a las fibras. Con el ejercicio, fibras del tipo IIx se convierten en fibras IIa por la adhesión de proteínas; es un cambio reversible con el sedentarismo. No hay mucha evidencia de que fibras tipo I puedan convertirse en IIa con ejercicios como el levantamiento de pesas o que fibras del tipo IIa puedan pasara a ser del tipo I. Se especula que, si hay cambio, este debe tomar mucho tiempo de entrenamiento vigoroso.
Las proporciones de tipos de fibra explican por que algunas personas tienen mayor facilidad para deportes rápidos mientras que otros la tienen para los de alto rendimiento. La diferencia incluso se aprecia visualmente; los maratonistas generalmente suelen ser delgados ya que los músculos de fibra lenta son largos, en cambio los que que corren los 100 metros planos tiene músculos más voluminosos por la fibra rápida.