Por el tema del calentamiento global, al carbono se le ha hecho la peor de las reputaciones. En complicidad con el oxigeno (bióxido de carbono), se le acusa de ser la causa de efecto invernadero y por lo tanto del aumento de la temperatura del planeta.
En su defensa, la bioquímica debe decir que sin el carbono la vida sería imposible, que es más, la banda carbono-oxígeno, conocida como bióxido de carbono, también es parte del ciclo vital.
De manera metafórica podemos decir que el carbono es el barro del que estamos hechos pues todas nuestras moléculas lo tienen pero eso no es todo, también son elemento de nuestros combustibles; lo que nos da energía.
En esta parte energética es donde también se involucra a la pareja acusada, que así como gas, es muy estable, sin potencial de aportar energía. En dicho estado lo toman las plantas del aire porque es la fuente del carbón con la que construyen su estructura y combustibles (azucares). En esta transformación se producen moléculas con diferentes grados energéticos, los: carbohidratos, grasas o proteínas.
Al comer plantas, la energía de las plantas pasa a los animales que no tienen forma de aprovechar la energía del sol.
Cada vez que un carbohidrato se consume dentro de una célula, regresa la temida pareja del bióxido de carbono, sin energía ya no tiene uso dentro del organismo por lo que sale al medio ambiente.
