Hay compañías en las que el área de mercadotecnia dice a desarrollo: necesitamos un producto con determinadas propiedades. Se desarrolla cuidando cumplir la especificación, se determina el costo, si gusta y luego se ve la forma como se va a vender. Le dan más importancia a los atributos que al costo. Llamemos las: A.
También tenemos las B con el mismo flujo creativo pero en ellas se establece la condición: "... y que cueste no mas de $2.50 pesos (por decir algo)". La condición obliga a emplear ingredientes que no son el lo optimo desde el punto de vista nutricional, en general usan mezclas de materias primas baratas, que simulan ser un producto natural, también llegan a sacrificar el valor sensorial.
Por su filosofía, generalmente las empresas A van a tener mejores ingredientes y calidad nutricional que las B que le dan mayor importancia al precio.
Si todas las empresas fueran como las A tendríamos mejor nutrición sin embargo hay mucha gente que no va a la tienda a ver que se come sino a ver que le alcanza con sus $2.50 pesos. Lo que debemos advertir es que algunas personas, teniendo recursos para comprar productos A, compran B queriendo ahorrar para otras cosas. Por eso hay que saber que a fin de cuentas estamos hechos de lo que comemos y es como en todo: una buena pintura dura 5 años mientras que una mala sólo 2, algunas maderas tratadas resisten la humedad otras se doblan en el primer salpicón, jabones que destiñen la ropa y otros conservan los colores; lo barato sale caro pero en lo que tiene que ver con alimentos va de por medio nuestra salud y bienestar. Esta consideración es especialmente importante en niños, que están construyendo su cuerpo; los efectos de una nutrición inadecuada puede dejar daños irreversibles.